Terroir

Terroir

Ligeramente antes que otros años, los viñedos comienzan a enverar. El cambio de color de las uvas se da cuando comienza la última fase de maduración del fruto. Cuando la vid envera toca esperar y contemplar todos los colores.

Garnacha enverada

El año pasado os explicábamos las pequeñas diferencias en el tiempo de envero de los diferentes terruños que cuidamos. Estamos seguras de que este año la progresión de envero desde los terruños en el llano hasta los de más altitud será similar a grandes rasgos.

Sin embargo, las altas temperaturas de estos días y la falta de lluvia, nos hacen sospechar que todo el proceso de maduración se está avanzando ligeramente. Conscientes de que detener el cambio climático no está en nuestras manos, intentamos estudiar cuáles son los cambios bruscos que la emergencia climática está provocando. Las conclusiones a las que llegamos es que las variedades locales son más resilientes a las altas temperaturas, a la sequía, al viento. Por tanto, también son las que con menos esfuerzo podrán vivir felices en nuestros terruños.

El envero llega, poco a poco, pero de forma uniforme. El trabajo viticultor está hecho, de momento. Ahora que la vid envera sólo queda esperar a que todo siga su curso y en pocas semanas poder cosechar estos frutos sabrosos.

Desde que tenemos memoria hemos visto vacas en la Albera y el Cap de Creus. Los cambios del mundo contemporáneo han ido haciendo más complicada la trashumancia. Sin embargo, las bestias siguen necesitando cambiar de aires cuando llega el invierno.

Desde hace años, tenemos un acuerdo para que estas vacas del Ripollès pasten en nuestros viñedos del Cap de Creus. Ganan ellas con unos buenos pastos: Xavi, el pastor, nos cuenta que si llueve habrá buena hierba (¡esperamos que sea así y llueva pronto!).

También gana todo el entorno de Mas Marés con un ecosistema enriquecido. Gracias a su presencia ayudamos al mosaico, este paisaje tan mediterráneo que es reflejo de la variedad de ecosistemas y de la biodiversidad. Con las vacas se añade un elemento más para que los distintos ecosistemas que conviven en este espacio creen sinergias entre ellos. Las vacas son importantes porque hacen que haya más espacios abiertos, cosa que va muy bien para que vengan otros animales como el cernícalo pequeño, que ya os hemos explicado . También disminuyen la biomasa inflamable y, por tanto, baja el peligro de incendio, y aportan más materia orgánica a los suelos, cerrando así un círculo virtuoso.

Si sube hacia el monte del Águila o el pla de Gates ya podéis volver a encontrarse las vacas pastando tranquilamente y tomando sol y viento, y esperamos que pronto lluvia. Explíquenos si las ha podido saludar, ¿las ha visto?

Ya hace tiempo que decidido que queríamos trabajar con variedades locales como las garnachas, las cariñenas, el moscatel, la picapolla. Hay varias razones, pero seguramente la más importante es porque son variedades muy adaptadas a nuestros suelos y a nuestro clima y por lo tanto, esto hace que los frutos sea mejores. La planta se puede concentrar a hacerlos lo mejor que sabe en lugar de combatir inclemencias sobrevenidas, como la tramontana. Estos viñedos de variedades locales necesitan menos agua y tienen periodos de brotación y madurez totalmente adaptados a nuestro clima. Definitivamente son más sostenibles!

También lo hacemos por el legado, la tradición y todo lo que nos han enseñado los que estuvieron antes que nosotros. El carácter único de estas variedades hará también que tengamos los vinos que deseamos, profundamente ampurdaneses. Las variedades propias se adaptan a la tramontana, necesitan menos agua y tienen periodos de brotación y madurez adaptados a nuestro clima.

De vez en cuando toca arrancar viñedos, porque hace más de treinta años plantamos otras variedades venidas de fuera. En ese momento se llamaban “mejorantes” porque se creía que podían ayudar a beneficiar el terruño. Ahora sabemos más y nos han ayudado sobre todo a mejorar en nuestro trabajo, hemos aprendido mucho de ellas y les agradecemos todo este aprendizaje. Las que tenemos todavía las vamos arrancando paulatinamente cada año, algunas las reinjertamos con variedades locales como garnachas, cariñenas de todos colores, picapolla, moscateles y malvasías.